sábado, 26 de marzo de 2011

Futurometría


"Asesinato del amor", Manolo Millares




Vienes,
con el estruendo progresivo,
poco a poco y de repente.


Vienes,
y abro los ojos a ventanas
cerradas a cal y canto
que no dejan traspasar la claridad.

Vienes,
con jaquecas que se expresan
en ideas de suicidios figurados
al caer un día más.

Vienes,
y no quiero
pero vienes,
cómo el jarro de agua fría
que me impide lucidar...






Los viajes por Europa
siempre son reductos bien recibidos
como alimento del espíritu.
Aventura,
desaliño,
hambre,
inciertas cualidades
que me hacen superar y encauzarme,
gritar al mundo a quieta voz
lo que en realidad somos,
lo que queremos,
el sentido de la vida.




La fugacidad.
Todo ha desaparecido.
Llevados por la necesidad y el deseo,
entré en ti,
entraste en mi,
y nos aplastaron las ganas
al cabo de novecientas ochenta horas...



Hoy estoy Nacho Vegas,
con la peluca y las gafas de sol
sentado a la calle,
de luto por penitencia obsesiva.

Hoy estoy Nacho Vegas,
con la mirada puesta adentro,
cansado pero despierto
a un océano de preguntas.

Hoy soy tú, Nacho Vegas,
cantando de voz en grito
canciones que derivan por los puertos,
soñando en azul oscuro y casi negro.


GDI

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