Obra de Ricardo Carpani
**********
Al
recoger mi sombrero
siempre
me ocupo de dejar
fragmentos
de mí
en
cada rincón de la guarida,
impregno
cada centímetro de su piel
con
esencias de locura
y
pecados de cariño.
Tierno
y vulnerable,
aun
siendo efímero el tiempo
no
deja de ser mi corazón
una
baraja a repartir
en
el juego maravilloso
del
pequeño amor...
Si
se gana o se pierde esta mano
depende
no más
que
de saber cuáles asoman
boca
arriba o boca abajo
sobre
el tapete de lo que vivimos.
***** *****
Negro
bandoneón,
noche
eterna junto a ti.
Vestida
de negro elegante
paseando
en el exilio
por
esta ciudad porteña
te
veo bailar desde lejos
con
astuta prudencia.
Pronto
nos queda claro
que
tu habitación sufre de insomnio,
y
me dispongo a sentir
tu
cadencia sobre el lecho del placer
a
ritmo de otra milonga.
¡Dejemos
correr la pasión,
creemos
ríos lascivos,
que
el verbo se haga carne al fin,
que
el fin no llegue nunca!
Ruta
poética,
sabes
a idealismo,
a
isla griega,
a
tacto dulce y voz callada...
Negro
bandoneón
abrigando
tus respuestas,
noche
eterna junto a ti
refugiándote
del frío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario