viernes, 21 de octubre de 2011

Desconexión


Los jardines hablan en silencio,
con la luz de las horas al descanso.

La oscuridad despierta a la lujuria…
y mientras rumbo al instinto voy,
 tu brutalidad dilúyese por la bruma.

Los jardines ya no hablan:
¿alguna vez hablaron con el silencio de la ciudad? ¿con el amor reverdeciendo?
 ¿o fuéronse, acaso, sus tallos,
a las puertas de hierro que el corazón no puede traspasar?

 ¡Los jardines parecen hablar!
pero mis motivaciones van por las brumas de algo que no termina,
o empieza “nunca”.

Andrés Zarzuelo


*****


No hablemos de teletransporte
para definir lo que ocurrió aquel día,
sino más bien de desconexión
con toda la realidad existente...
Toda,
salvo tu cuerpo apretado contra el mío,
salvo las ganas irrefrenables de saber de ti
y repetir el sabor de tus palabras;
desconectados nos perdimos del mundo
para flotar por nuestros universos
con la certeza de saber lo que tenemos
pero la tristeza de saber lo que no vendrá...
Desconectado de mi vida,
me has devuelto a la ruta de tu piel
con mapa aún más indescifrable.



Locos debíamos de estar
cuando,
en busca de la paz en los corazones,
hacíamos exactamente
lo contrario.



Sandwich de tuna and cucumber,
dieta diaria de nocturnos en el metro.
Mismos problemas del pasado,
mismas soluciones al llegar a casa,
cortesía de aquellas marcas
de cerveza del super.
¡Qué extrañamente seguro se siente uno
cuando encuentra al fin un hogar
después de haber batallado
con toda clase de dragones
en noches insufribles
y días donde no paran de caer
gotas que colman!
Gracias por aquel espacio
interior y exterior,
te lo devuelvo ahora
y adjunto pastillas para el dolor
esperando que llegue a la isla
hecho aún mejores palabras
que las que solían cruzarse
por tu habitación.



Esta mañana he elaborado una lista
de sueños que comprar,
y.......
¡lástima!
Sigo necesitando dinero para ir
al super.



Si acaso vuelves a mí,
dime por favor dónde pusiste
la llave,
la nuestra,
la de las caricias en la cama
y el dejarse llevar,
tu ya me entiendes...
No es por nada en particular,
pero es que no he conseguido abrir las puertas
del reflejo de unos ojos azules
vivos como el océano,
ni tampoco supe abrir la dicha
en un atardecer en Richmond
o un paseo por el monte,
ni volver a conseguir aquello
a lo que llaman tranquilidad de espíritu.
No es por nada,
es sólo por rescatarme de mi propio mal.


1 comentario:

  1. Hoy es uno de esos dias en los que me encantaria que estuvieras aqui para poder desconectar contigo!
    Menos mal que por lo menos me he tomado alguna pastillita de esas que mandas a la isla ;)

    Te mando mil besos desde nuestro pequeño e insustituible espacio.

    I miss u!!

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